El sabado fui a De Haag (o La Haya), y allí coincidimos con una festividad muy típica en el norte del País: San Martin,
Cada 11 de noviembre, niños de entre dos y ocho años llaman a las puertas para pedir golosinas, cantidades de golosinas. El trayecto comienza por la tarde, cuando comienza a oscurecer, y, armados con un farolillos y una bolsa vacía, los niños llaman a las puertas de las casas y, cuando se abren las puertas, cantan una canción a la espera de las golosinas. Pese a la similitud con la Noche de Brujas (el ‘Halloween’), sus características y significado son muy diferentes.
Estuvo bien recibir caramelos de pajes pintados de negro en un desfile y escuchar musica festiva en directo en las plazas de la ciudad.
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